Rico plato de costillas de cerdo maceradas en vino, pimentón, orégano y aceite, y acompañadas con jugosos pimientos fritos.
Cortamos las costillas en cuadrados de unos 10 centímetros aproximadamente, y las introducimos en un recipiente con un poco de agua, vino, aceite de oliva, pimentón dulce, orégano y un machado de ajo y perejil que habremos preparado previamente con la ayuda de un mortero. Así las dejaremos durante 24 horas, para que la carne macere bien.
Transcurrido ese tiempo, tendremos una carne jugosa y muy sabrosa, gracias a la acción del líquido de la maceración.
Una vez maceradas, las costillas las cocinaremos a la plancha y las acompañaremos con pimientos fritos cortados en tiras, condimentados con pimienta y un poco de sal.
Hay muchas formas de preparar las costillas, pero ésta, dado el carácter de las carnes maceradas, y gracias a la mezcla de especias como el pimentón, la pimienta, el perejil, el orégano, etc.; da como resultado un plato de carne digno de cualquier ocasión o evento. En Navidad, por ejemplo, si optas por una carne de cerdo, estas costillas te harán triunfar.
Estas costillas, gracias a su adobo, son un bocado con una deliciosa explosión de sabores. Además, tras un marinado de 24 horas, se preparan fácilmente.
Junto con el cocido, un jugoso plato de costillas con patatas no puede faltar en nuestra mesa en invierno. ¡El secreto está en hacerlo a fuego lento!
Un fabuloso y completo plato de arroz acompañado de costillas adobadas, guisantes y champiñones, ideal para tomar como plato único.
Lo mejor de esta receta de costillas de cerdo es que no agregamos ningun aporte calórico extra, por lo que obtenemos una carne limpia y exquisita.
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